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Foto del escritorAraceli Garza

Ser una Ingeniera entre Ingenieros: ¿Cómo se sienten ellos?

Actualizado: 19 jun 2018

Después de haberme graduado de la maestría, durante una época de crisis en el país, estuve alrededor de 6 meses buscando trabajo sin éxito. Y de pronto un día...

Así luce un día cualquiera en Ingeniería y Construcción, revisando el proceso en la planta.

Dicen que quien persevera alcanza y yo ya había estudiado Ingeniería Química por 5 años y 2 años más de Maestría. Durante esos años trabajé al mismo tiempo que estudiaba. Fui maestra de Universidad, Asistente de Producción, Asistente de Investigación. ¡Ya era tiempo de ser un Ingeniero de verdad!

Pero era época de crisis en México y no había empleos. Busqué y busqué y busqué, ya no por gusto sino por necesidad pues el dinero se acababa y había que pagar la renta. Y de pronto el teléfono cortado por falta de pago, el tanque de gas vacío, el refrigerador descompuesto ¡en la canícula! el peor momento para que se descompusiera.

¿Qué otra cosa podía pasar?

En épocas de crisis es bueno que, a falta de comida, se alimente el alma con música, con emociones positivas, como mantener un pequeño jardín bien cuidado para disfrutar el aroma de las flores y la belleza del paisaje. Cenar una bonita noche de estrellas con una gran luna llena de plato fuerte. Desayunar los colores del amanecer y beber un rayo de sol. Es mejor así. Eso mantiene la mente ocupada y no se piensas en el estómago necio que reclama atención de forma muy ruidosa.

Y así pasé aquel verano a la espera de una respuesta después de colocar más de 100 solicitudes de trabajo que iban desde camarera en un hotel hasta Ingeniera en alguna corporación de prestigio.

¡Y llegó la llamada tan anhelada!

Recuerdo el momento cuando me comunicaron sobre esa llamada. Yo regresaba de buscar trabajo, como todos los días durante todos esos 6 u 8 meses. Mi vecina, quien gustaba de contarme las novedades de la colonia me dice:

- Te andan buscando para un trabajo. Que por favor te comuniques a este número-

Fue tanta mi emoción por la esperanza de obtener el trabajo que no me pregunté ¿Cómo es que mi vecina se enteró primero que yo?

Ese mismo día llamé y me citaron para una entrevista al día siguiente. Para mi fortuna no era el puesto de camarista en un hotel, sino un puesto para el departamento de Ecología en una Planta Química. Era como un sueño hecho realidad pues mi maestría es en Ingeniería Ambiental. Un puesto perfecto e ideal para mí.

Y por supuesto que llegué a tiempo y muy arregladita para lucir muy bien.

Recuerdo que me pidieron esperar al Ingeniero que me entrevistaría y me senté a esperarlo frente a su oficina en el pasillo justo en el centro de las oficinas, que eran como aparadores de una tienda departamental, con grandes ventanas por donde todo se veía hacia todos lados. No había dónde esconderse de las miradas. Esperé casi como niña en la primaria, cuando nos cruzábamos de brazos en silencio por orden del maestro.

Y de pronto vi que llegaban Ingenieros, uno a uno, pero nadie era quien me entrevistaría. Pasaban de lado sin hablarme. Pensé que tenían mucho trabajo y no había tiempo de socializar. Yo seguí esperando mientras el silencio se interrumpía con murmullos, pasos apresurados y puertas que abren y cierran. El área cobró vida.

Un sueño hecho realidad

¿Cuándo puedes empezar a trabajar con nosotros? ¡La frase más bonita que pude haber escuchado en esos días! Solo dije: Mañana mismo puedo estar aquí.

Yo fui contratada en El Departamento de Diseño, Ingeniería y Construcción para dar soporte en el diseño de Proyectos sobre Ecología, en una Planta Química de Síntesis Orgánicas.

En el Departamento había 2 dibujantes, un Ingeniero de Procesos, 2 Ingenieros de Proyectos, un Coordinador de Construcción, un Ingeniero Mecánico, 2 Gerentes, mi jefe en Ecología y el Gerente de Proyectos. Compartí mi oficina con muchos señores pero era la época en que los hombres gustaban de ser caballeros y las mujeres nos sentíamos femeninas, orgullosas de ser damas. Bonita época. ¡Para nada queríamos competir con ellos ni ser iguales a ellos! Ser dama era un privilegio. Para mí sigue siéndolo.

Ya formando parte del equipo de Ingenieros, la única mujer ingeniero del Departamento supe lo que el día de mi entrevista sucedió. Ellos, los señores, suelen comunicarse entre ellos para dar aviso de que ha llegado una mujer a "sus dominios" y había que darle el Visto Bueno, observarla, analizarla. Interesante el comportamiento de ellos. Más de una vez estuve en esa situación. Mi duda era ¿Por qué lo hacen? ¿Se sienten amenazados de que alguien diferente este cerca y pueda enterarse de sus secretos? ¿Acaso no les gusta que trabaje con ellos? Dicen que ser Ingeniero Químico no es para mujeres pero a mí me gusta mucho mi profesión así que investigué para saber.

Después de un tiempo, mi compañero de oficina, quien luego fue mi mejor amigo me lo dijo: "Es, digámoslo así, y espero no te ofendas, que eres muy agradable a la vista y estamos compitiendo por llamar tu atención. La conquista es nuestra naturaleza"

Realmente son unos caballeros

En mi experiencia como Ingeniera, en un mundo rodeada de Ingenieros muchas veces pude observar que ellos son unos caballeros, que disfrutan serlo ante una dama. No sé si es parte del plan de conquista pero al menos a mí ellos nunca me faltaron al respeto y siempre me hicieron sentir una dama, una princesa, una reina. A veces todos desaliñados, todos asoleados por andar haciendo "levantamientos en campo" a veces un tanto tomados por algún festejo al terminar con éxito un proyecto en el Departamento, pero siempre con la amabilidad de ofrecerme una silla para sentarme, abrir la puerta de la oficina para que yo pase o darme un plato de carne asada sin cubiertos pero con una cerveza ¡bien helada!

Así son ellos, ¿Todos unos caballeros a la conquista del proceso!

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